sábado, 30 de marzo de 2013

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Que tu perro no sienta miedo de ir al veterinario





Normalmente, la primera vez que tu perro vaya el veterinario, lo que suele ocurrir cuando es cachorro, no tendrá miedo. Puede estar un poco nervioso porque es un lugar nuevo, con gente que no conoce y se encuentra con otros animales extraños, pero si tu estas tranquilo él no debería reaccionar mal. Lo que también suele ser normal es que después de un par de visitas tu perro no quiera ni oír hablar de ir al veterinario. Bueno el caso es que sabe que le van a hacer daño así que bajo su punto de vista es mejor no acercarse por allí.

Es decir que tu perro ya habrá establecido una mala asociación entre ir al veterinario y sufrir dolor.

Antes de ir al veterinario conviene dar un largo paseo con tu perro para que este cansado y más manejable. Tendrá menos energía para ponerse nervioso.
Vete con tiempo. Es muy importante que tú estés relajado y tranquilo porque transmitirás ese estado de ánimo a tu perro. Si estás estresado porque llegas tarde o porque el perro no quiere colaborar, solo servirá para empeorar las cosas. Es muy importante que trasmita calma a tu perro y la manera de hacerlo es sentirla tu primero.

Si notas que tu perro está nervioso o tiene miedo, no intentes consolarlo, por que puedes empeorar la situacion. Eso es totalmente contraproducente. Los perros no son personas y no reaccionan como lo hacemos nosotros. Si alguien los intenta consolar abrazándolos o consintiéndolos cuando tienen miedo solo entienden que efectivamente, es una situación que hay que temer y que estamos premiándolos por mostrar señales de tener miedo. 

Es importante que antes de ir al veterinario acostumbres tu perro al bozal. Los veterinarios lo suelen usar si ven que un perro está muy nervioso o tiene demasiado miedo, ya que es posible que en un ataque de pánico ataque. 

También es muy importante que lo premies en los momentos adecuados. Llévate unas cuantas golosinas y dáselas cuando se lo merezca, es decir, cuando se haya dejado manipular por el veterinario: después del pinchazo, al bajar de la mesa de examinación, al salir de la clínica. Puedes darle alguna golosina al veterinario para que se la dé el también y así se haga “amigo” de tu perro.

Si vives cerca de la clínica veterinaria puedes ir varias veces un ratito con tu perro. Te sientas en la sala de espera y después de un rato te vas.